Jack Thompson: cazador cazado

Sí señoras y señores, me van a permitir hoy regocijarme en una noticia apocalíptica. O al menos eso es lo que estará pensando Jack Thompson, abogado de Florida (EEUU) que, por si alguien anda algo despistado, es conocido mundialmente por sus campañas de desprestigio hacia los videojuegos, y muy especialmente hacia GTA IV y Bully (Canis Canem Edit).

Resulta que a este personaje el Colegio de Abogados de Florida le ha retirado la licencia por un periodo de 91 días, a la vez que se le requiere pasar reconocimiento psicológico debido a una supuesta obsesión hacia los videojuegos, según podemos leer en GamePolitics.

Es cuanto menos curioso que alguien que ha basado su carrera en despotricar contra los videojuegos en medios de comunicación, insultando a los desarrolladores, acusando a los videojuegos de pervertir a la juventud, de fomentar la violencia, la adicción y la obsesión por ellos… Como digo, es curioso que esa misma persona ahora deba pasar una serie de tests psicológicos para comprobar su posible obsesión con los videojuegos.

Al final ha pasado lo que cabría esperar, al menos por parte de los desarrolladores, productores y aficionados a los videojuegos: al señor Thompson le han pasado factura por fin todas sus declaraciones, juicios sin sentido e incluso insultos hacia los desarrolladores. Todo ese tipo de actitudes no pueden ser de una mente sana. Cualquiera que haya escuchado o leído sus declaraciones puede darse cuenta del odio que tiene esta persona hacia los videojuegos, un odio irracional, sin sentido, patológico.

Ahora, los aficionados a los videojuegos podríamos lanzar una campaña de desprestigio hacia los abogados, tildándolos de obsesivos, de maleducados, o mil cosas más. Obviamente no vamos a hacerlo, porque sabemos distinguir un caso aislado, un perturbado aislado, del resto, de las personas normales, sea cual sea su profesión o afición. Un loco piensa que los que no actúan como él cree que deben hacerlo están locos. Jack Thompson piensa, simplemente, como un loco.